El ser
humano es algo maravilloso. Su capacidad de aprender, adaptarse, ir siempre más
allá le han permitido sobrevivir y dominar su territorio. Y acá estoy yo, unos
pasos hacia atrás en la evolución respecto a otros. Y allá están ellos, muchos
pasos avanzados en este camino cibernético. Sin embargo, a pesar de esta
distancia convivimos en el mismo espacio. ¿Quiénes son? Los nativos
digitales, pero además son mis hijos. Ellos forman parte de la generación que
nació entre pantallas, teléfonos móviles e Internet.
El
mayor tiene doce años y sin lugar a dudas ama el mundo digital. Celular, juegos
de pc y consola, el smart TV es fundamental en su vida, desayuna mirando
YouTube, investiga todo on-line. Avanza con total naturalidad en este universo
pero no opone resistencia a aprender a la vieja usanza. Gran lector, gusta del
lápiz y el papel, podría decirse. Sin lugar a dudas, que incorporar a su
educación formal recursos digitales lo sacaría del aburrimiento en el que suele
caer. Pero él todavía se adapta.
Con
la menor el panorama cambia. Uno lee mucho, se informa pero nada es igual al
golpe que te da la dura realidad por la espalda. Tiene seis años. Hace unos
días tomé consciencia de que soy yo quien tiene que adaptarse a su lógica de
pensamiento. Porque definitivamente no hablamos el mismo idioma. Al tratar de
enseñarle los números del 1 al 10, algo tan simple como dibujar y asociar,
jugar mientras contamos diferentes objetos, noté que algo no funcionaba.
Cualquiera que la conozca sabe qué capacidad no le falta, sin embargo no hubo
forma de que asociara un número a una cantidad. Decidir sentarla frente a la
computadora y buscar plataformas educativas que me ayudaran. No fue mágico pero
si ayudó a mejorar su desempeño. Definitivamente se sentía más cómoda con esos
recursos.
Esta
situación me hizo surgir la pregunta respecto a las TIC: ¿cómo enseñar en un
mundo en el que se ha roto la lógica impuesta por la escuela moderna durante
más de un siglo? ¿Cómo lo lleva adelante esa escuela?
Según el
portal Eduteka, generar ambientes de aprendizaje enriquecidos con el uso intencionado,
efectivo y enfocado de las TIC requiere una intervención institucional en dos
niveles.
El primero debe
buscar alcanzar transformaciones significativas tanto en la enseñanza de las
TIC como en la integración de éstas en los procesos educativos. Para esto deben
cumplirse las condiciones planteadas en los cinco ejes del siguiente esquema:
Fuente: eduteka.icesi.edu.co
El segundo
nivel es de orden didáctico y refiere a la intervención de los docentes en las
actividades del aula. Este portal sugiere para abordar esto el modelo
desarrollado por el Dr. Puentedura, conocido como SAMR. Está compuesto por
cuatro niveles progresivos de impacto de las TIC en un ambiente de aprendizaje:
Fuente: eduteka.icesi.edu.co
Sin lugar a
dudas que hay mucha información al respecto y mucho camino por recorrer. Pero a
mi parecer ya es algo comenzar a preguntarnos sobre este gran cambio en la
educación, desde el rol de docentes, de alumnos y también de padres.