Educarse siempre ha sido una prioridad para el desarrollo del individuo.
Con el correr del tiempo desde la invención de la escuela moderna, el proceso
de aprendizaje ha ido cambiando, ha sido funcional a determinados objetivos que
las sociedades le han demandado, pero siempre ha sido parte de las necesidades
humanas. Como ya mencioné en entradas anteriores estamos en un momento de
grandes cambios, no solo desde lo tecnológico sino también desde el propio
individuo frente a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Y es en relación a esos
movimientos innovadores que quiero hablar hoy de las plataformas educativas.
Si bien no es un concepto nuevo dentro y fuera de las aulas, se puede
decir que es un recurso en constante crecimiento y ampliación como todo lo
relacionado a las tecnologías de la información y de la comunicación.
Empecemos por el principio ¿Qué es una plataforma educativa? Si bien se las conocen bajo diferentes nombres como teleformación, aula o campus virtual, redes sociales educativas, técnicamente son denominadas LMS (Learning Managment System) y podemos definirla como un software que,
instalado en un servidor web o en una intranet, permite la gestión de recursos
educativos de formación virtual. Mediante estos sistemas de gestión del aprendizaje se pueden, entre otras, administrar recursos y actividades, disponer
de herramientas para evaluación y seguimiento de progresos educativos,
calendarizar el aprendizaje y gestionar herramientas de comunicación entre
docentes y alumnos. Su principal ventaja es la flexibilización de tiempo y
espacio en los procesos de enseñanza-aprendizaje pero podemos agregar varias
más: una mayor motivación por parte de los alumnos, el desarrollo de
competencias y habilidades que no pueden lograrse en el aula tradicional y el
fomento de la comunicación entre docentes, alumnos y la comunidad educativa.
Son un recurso que puede utilizarse solo para formación a distancia o
puede combinarse con la presencia en las aulas a modo de complemento. De ambas
maneras resulta muy productivo tanto para docentes como alumnos.
En cuanto a la forma de adquirirlas para trabajar va a depender la que
seleccionemos. Algunas son de licencia, esto significa que debemos pagar para
adquirirlas y otras son gratuitas, por lo que basta con gestionarlas con los administradores
para acceder a su uso. Cabe destacar que el no tener costo no implica que sean
inferiores a las pagas, ya que muchas de esas plataformas gozan de una gran popularidad y no tienen nada que envidiarles a
las comerciales.
Entre las más utilizadas podemos encontrar las siguientes:
view.genial.ly |
La razón de su popularidad radica en la facilidad con que permiten la
formación de cursos, el poseer una interfaz sencilla e intuitiva, el basarse en
la construcción de conocimientos de manera colaborativa y la escasa necesidad
de servicio técnico.
Existen en la web muchos videos que invitan al posible usuario a conocer la estructura y beneficios de las diferentes LMS. A continuación les dejo uno que me resultó interesante porque pueden observarse la variedad de recursos con que una plataforma puede contar. Es necesario aclarar que es solo un ejemplo, ya que la potencialidad de un LMS está en la capacidad de adaptarse a las diferentes necesidades de sus usuarios, por lo tanto no todas las configuraciones serán igual.
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